Hoy cumples 17 años. No me he dado apenas cuenta, como el tiempo ha
pasado de una forma tan rápida. Te miro y veo a un proyecto de hombre. Con sus
ideas rebeldes, con su valentía en demostrarle a los demás que las apariencias
no importan, que tú sigues siendo tú.
Que no importa tu
pelo “pincho”, como se lleva ahora. Tus pantalones caídos, tu ropa. Tú sigues
siendo tú.
Me pareces tan guapo, tan perfecto, tan inocente. Tú crees
saberlo todo, que no hace falta que te digan lo que está bien y lo que no.
Tendrás que tropezar muchas veces y levantarte. Darte cuenta de la realidad por
ti mismo. De nada te sirve que te demos consejos acertados. Tú querrás
comprobarlo por ti mismo.
No me siento una madre perfecta, a veces
quisiera tener las palabras acertadas para poder aconsejarte. A veces reconozco
que tendría que escucharte más, preguntarte, interesarme por tus cosas. Lo hago,
no creas, pero espero que tu vengas a mí y me las cuentes, te miro y me callo,
no digo nada, queriendo decirte muchas cosas, palabras que no encuentro, que se
perdieron en mi interior haciendo un puzzle, algo difícil de unir. Tendría que
poder consultar a un libro y buscar qué decirte, qué hacer. Quisiera ser tu
amiga, pero prefiero ser tu madre.
A tu amiga madre, le gustaría
llevarte de la mano a todos sitios, como cuando eras pequeño; cogerte en brazos
y mecerte como a un bebé, mi bebé. Era más fácil cuando te llevaba a pasear al
parque en tu cochecito, te dejaba jugando en la arena con los demás niños y yo
te observaba desde mi banco sentada sin quitarte la vista de encima, yo hacía
como que leía mi libro, un libro que no pasaba ni una hoja, porque tenía miedo
que te cayeras y no estuviera pendiente para correr a cogerte. Pero eso ya pasó
quedó en el baúl de los recuerdos.
Ahora eres casi un hombre y tengo más
miedo que cuando eras un crío, porque ya no te llevo de la mano, ni en el
cochecito, ni en brazos. Ahora tienes que levantar el vuelo y volar a tu futuro,
encontrar tu sitio, tu camino.
Te pido paciencia cuando te riña siempre lo hago pensando en lo que creo que es tu bien, trabaja duro en los estudios estos años -yo sé que ahora cuesta pero ese será tú futuro- no se me olvida que ante todo eres una
persona, que aunque crea que me perteneces, tú eres un ser independiente,
arañando la vida, batallando, aprendiendo a vivir pero las madres no debemos de abandonar nunca este instinto protector que tenemos hacia vosotros .
Quiero que sepas que
me tienes aquí, que siempre me tendrás, cuando me necesites estaré dispuesta a
escucharte, que cuentes conmigo, te ayudaré en lo que pueda y queriéndote más
que a mi propia vida.
En pocas palabras, a todo lo antes dicho, quería
decirte, por si alguna vez lo dudas, que:
TE QUIERO.